SANTIAGO.- El abogado Cristóbal Rodríguez Gómez, experto en asuntos constitucionales, consideró que la Constitución ha sido siempre una gramática “que el poder ha leído a patadas” y que en el país existe una “brecha consuetudinaria” entre norma jurídica y realidad política.
El jurista estimó que esa brecha “tiene una peligrosa tendencia a ensancharse”, citando que desde hace décadas en el país existe el derecho a la salud, la educación y a la seguridad social, las que forman parte del repertorio de derechos del sistema jurídico superior, pero que reiteradamente se reprueba el texto que infiere sobre la eficacia de esos derechos.
“La situación de nuestras escuelas y hospitales públicos, así como la calidad de nuestra enseñanza, son una muestra fehaciente de lo que acabo de decir”, puntualizó.
Esas y otras consideraciones fueron exteriorizadas anoche por Rodríguez Gómez en la segunda versión del Foro por la Reforma Constitucional, que se llevó a cabo en el teatro de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.
También expusieron los doctores José Darío Suárez, Eduardo Jorge Prats, José Alberto Cruceta y Servio Tulio Castaños Guzmán. Monseñor Agripino Núñez Collado dio la bienvenida en su doble condición de rector de la PUCMM y coordinador del Diálogo Nacional. En la mesa de honor estuvo Rafael Núñez, director de Información, Prensa y Publicidad del Palacio Nacional. Rodríguez Gómez aclaró que no se trata solo de que no es suficiente con la consagración constitucional de los derechos “pues la proliferación de normas jurídicas ineficaces contribuye a socavar peligrosamente el sistema de derechos en su conjunto”
“Esto así, pues la gente tiende a perder confianza, respeto y fe por un órgano normativo compuesto de disfunciones jurídicas vacías de todo contenido material y real”, subrayó.
Recomendó evitar caer en la tentación del “populismo constitucional”, una “peligrosa tendencia que se mueve entre la irresponsabilidad y la demagogia y que consiste en crear la ilusión de que cambiando la Constitución en su letra se transforma la realidad en sus complejas formas y manifestaciones de expresión”.
A su juicio, el auténtico sentido del actual proceso de reforma constitucional descansará en la voluntad de los dirigentes políticos nacionales, en la cotidianidad del funcionamiento de las instituciones y en la sociedad en general.
En tanto que José Darío Suárez resaltó que, a diferencia de la Constitución vigente, que dedica solo un artículo a los derechos individuales y sociales, desglosados en 17 acápites, el proyecto sometido a discusión dedica 35 artículos y 105 numerales “así como un trato esmerado a las garantías y deberes fundamentales, que presuponen la existencia de un orden correlativo de responsabilidad jurídica y moral, que obliga al hombre y a la mujer en sociedad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario