POR JUAN TAVERAS HERNÁNDEZ
El Partido Revolucionario Dominicano a través de sus organismos competentes, decidió jugar su rol opositor a un gobierno que considera “legal, pero ilegítimo”. Aprobó no participar en la toma de posesión del nuevo mandato constitucional del presidente Leonel Fernández ni participar en la dirección de los bufetes directivos de la Cámara de Diputados y el Senado.
Para contrarrestar esa actitud política, el gobierno, que está llamando a una concertación nacional para enfrentar los problemas del país, está intentando dividir al PRD comprándole dirigentes y ofreciéndoles posiciones en el Estado.
Algunos dirigentes, incluyendo a varios diputados, expresaron públicamente su desacuerdo, algo muy común en el PRD, donde no hay disciplina ni se respetan los estatutos.
La cosa es que el gobierno pretende aprovechar lo que entiende es un río revuelto o un caldo de cultivo para la división o debilitamiento del PRD. “Divide y vencerás” El presidente de la Cámara de Diputados, Julio César Valentín, era seguro que repetiría en el cargo, pero hubo un cambio.
La semana pasada estuvo en el hemiciclo un ex presidente de la Cámara Baja haciendo algunos amarres con los diputados que pertenecen aún a la corriente de Danilo Medina y del presidente Fernández. Trascendió que un, o una legisladora, renunciaría para darle paso a ese antiguo presidente, después que el PRD presentara la terna que manda la ley. Días después esa posibilidad quedó descartada porque era seguro que la dirección del partido blanco no presentaría la terna deseada por el gobierno.
Fernández está dispuesto a “ceder” la Presidencia de la Cámara de Diputados al sector del PRD que buscó la Presidencia de la República en las elecciones pasadas. Hay quienes afirman que las negociaciones están avanzadas...
De esa forma el Congreso del Progreso que con tanto afán y determinación compró el presidente Fernández, ahora está dispuesto a compartirlo con sus antiguos enemigos.
El presidente Fernández sabe que con ese caramelo crea una crisis en el partido opositor. Como diría el doctor Balaguer, el presidente le ha lanzado al PRD los “dardos de los Pardos”.
¿Es esa la manera de tratar a un partido político que obtuvo poco más del 40% de los votos? ¿Es esa la manera de buscar un pacto por la democracia y la gobernabilidad? ¿Es así como se fortalece el sistema de partido? ¿Por qué no hacer la propuesta directamente al PRD, de manera institucional y respetuosa? Porque al gobierno le interesa crear una crisis en el PRD, dividirlo y desacreditarlo. Demostrar que es un partido de traidores y de oportunistas que por cargos y dinero venderían hasta a sus madres.
Ahora bien, está equivocado. Y se equivocan los que estén dispuestos a negociar unilateralmente. El grupo o el diputado que acepte un cargo oficial, en el Congreso o en el Cuerpo de Bomberos, sin la autorización del partido, queda sepultado, a nada podrá aspirar en el PRD de hoy.
El presidente Fernández prácticamente destruyó al Partido Reformista. Lo dejó en menos de un 5%. Dentro de poco se desvelará el “misterio”. Cuando comience la repartición de cargos y prebendas. Eran tres los partidos grandes. Ahora quedan dos.
El PRD es un peligro para los planes del presidente Fernández de mantenerse en el poder indefinidamente, mientras respire. Ese 40 y tanto por ciento del PRD lo mantiene muy preocupado porque sabe que su “triunfo” en primera vuelta no fue el resultado del éxito de su gestión, ni de la popularidad o del liderazgo, sino de la compra de cédulas, del fraude para que los partidos aliados sacaran votos que no tienen, de la compra de los traidores, etc. Sabe que la crisis está a punto de estallar, que el pueblo no resistirá gasolina a más de 200 pesos el galón, el pasaje de pasajeros y de cargas cada vez más caro, los apagones y la tarifa eléctrica, el alto costo de la vida , el desempleo y la miseria. Este pueblo no resistirá mucho tiempo esta situación, no porque estamos ante una “situación mundial” como dicen los funcionarios y las bocinas en la prensa cada dos minutos, sino por la corrupción el despilfarro de los recursos públicos.
Y un PRD fuerte, unido, al lado del pueblo, actuando como debe actuar un partido de oposición de centro izquierda, hace imposibles los planes de Fernández y su claque.
La dirección del PRD debe ratificar su posición. Tiene que elaborar los proyectos de leyes que considere beneficien al país. En proyectos así, el PRD puede discutir y llegar a los acuerdos que haya que llegar, con el PLD y con las demás fuerzas. Pero sólo eso. Lo demás lo determinarán las circunstancias. Y, que se sepa, ningún partido ha hecho más sacrificios en aras de la gobernabilidad y la democracia que el PRD. Ya está bueno de presiones y chantajes.