11 de septiembre de 2009

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Celso Marranzini afirma única cuenta al día era la de publicidad; valoró que la Refidomsa reabriera el crédito tras su nombramiento, aunque sólo le ha pagado el 48% de la factura


El vicepresidente ejecutivo de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE) dijo que encontró un “desastre financiero enorme” en la entidad.

El licenciado Celso Marranzini explicó que el problema financiero es más grave de lo que se pueda imaginar, y citó que la empresa apenas paga el 49 por ciento de su facturación mensual.

En una visita realizada esta mañana al director de El Nacional, Radhamés Gómez Pepín, el funcionario dijo que el problema básico de la CDEEE en términos administrativos no es la nómina de empleados, “ya que eso se puede resolver con medidas administrativas”.

Añadió que en el tiempo que tiene en la entidad se ha estado evaluando cuál es la situación real, para entonces adoptar medidas que permitan su superación. Puso como ejemplo que en el único capítulo de gastos en el cual la CDEEE está al día es en la publicidad.

Sobre ese particular hizo un reconocimiento a la Refinería Dominicana de Petróleos, que “nos abrió el crédito al ser nombrado aquí, pese a la deuda, bastente considerable, que tenemos con ellos, de la que apenas hemos podido pagar un 48 por ciento”.

Al analizar la situación del sistema eléctrico dijo que el principal problema no es la generación sino la falta de pago del servicio por parte de los clientes, a lo que se suma el robo de la energía.

Expresó que hay “un concepto errado de que el que paga la energía paga por el que no paga. Eso no es cierto. Lo que sí pagamos es una energía muy cara, como consecuencia de los contratos”.

“Y no tanto de los contratos, podemos decir que la CDEEE es la empresa de las emergencias, porque tenemos que comprar a cada rato algo que cuesta el doble, porque tenemos una emergencia”, reveló.

Se mostró partidario de la modificación de los contratos con los generadores, aunque precisó que carece de capacidad de presión en esa dirección, “ya que les debemos 400 millones de dólares”.

Mostró varios cuadros que demuestran que es incierto que en el país se haya producido un desplome de la generación.

Mostró que en junio, ante una demanda de mil 963 megas, hubo una generación de mil 610; en julio, frente a una demanda de mil 976 megas, hubo una generación de mil 606, y en agosto, ante una demanda de mil 950 megas hubo una generación de mil 596, debido a la salida de dos plantas grandes.

Reiteró que el problema es la falta de cobro.

Afirmó que con el programa de reducción de apagones (PRA) lo que se logró fue la agudización del prtoblema causado por la falta de pago de los usuarios, ya que a las empresas distribuidoras les era mucho más cómodo enviar una factura al Gobierno que hacer una adecuada gestión de cobros.

Reconoció que también influyeron en el no cobro factores políticos, pero que eso ya no ocurre “pues les he mandado a cortar la luz a varios que no pagan y no he recibido una llamada de nadie diciéndome que la reconecte”.

Agregó que aún cuando no ha recibido una llamada de nadie apadrinando a un “mala paga”, en caso de que ocurra le preguntaría a quien llame si cuando a su protegido le cortan la tarjeta de crédito él llama al banco comercial que lo hizo o a una compañía de teléfonos o la de telecable por no pagar el servicio.

Reiteró que hay que convencer a la gente de que el eléctrico es un servicio caro y por tanto hay que pagarlo.

PRA agudizó el problema

Marranzini consideró que el Programa de Reducción de Apagones (PRA) empeoró la situación que con anterioridad había en relación al cobro de la energía, debido a que para las empresas distribuidoras era más cómodo enviar una factura que hacer los cobros.