SANTO DOMINGO.- Los dominicanos que residen en provincias tienen menor acceso a las oportunidades para salir de la pobreza, lo que evidencia que las probabilidades de un ciudadano ser pobre aumenta en la medida en que se aleja de las urbes como el Distrito Nacional y Santiago de los Caballeros.
Como una muestra de la gran desigualdad imperante en el país, la Oficina de Desarrollo Humano en RD, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), pone al descubierto el gran descuido de las clases políticas y la sociedad en la ejecución de iniciativas que mejoren la calidad de vida de la gente.
Desigualdad entre capacidades y oportunidades, entre las provincias y al interior de éstas, así como de grupos y personas, es una situación de relativa abundancia, dice el tercer Informe de Desarrollo Humano 2008, puesto a circular en un acto en la Universidad Autónoma de Santo Domingo UASD.
Advierte una falta de Estado de derecho consolidado y por tanto ve difícil que las personas logren acceso equitativo a las oportunidades si no se crea un régimen de consecuencias y respeto a la legalidad, y una población empoderada que ejerza sus derechos. Observa que en la política “los medios de representación han fallado, han secuestrado al Estado”.
Partidos mal parados Señala que el hecho de que el 90% de los dominicanos piense que los partidos sólo defienden los intereses de algunos grupos o de algunos políticos evidencia que esas organizaciones han entrado en la lógica “del poder por el poder y de la lealtad endogámica, donde no hay lealtad con la población, ni con la política de Estado ni con el derecho”.
El informe precisa que las élites no van a cambiar su forma de proceder, porque si no lo han hecho hasta ahora no hay razones para suponer que lo harán y por tanto la única forma de generar desarrollo humano es que la población “se empodere, se movilice y participe para fortalecer el estado de derecho”.
Indica que a mayor pobreza provincial menor educación media. El sistema educativo no contribuye a romper la inequidad social, debido que aunque ha mejorado la cobertura la calidad es deficiente. En salud pública la investigación arrojó que es baja y desbalanceada, con un sistema más orientado a la cura que a la prevención y hay una lenta aplicación en las reformas del sector salud.
No obstante, observa que hay una transición entre el clientelismo y el estado de derecho, evidenciando un punto a favor en materia de protección social. Revela que las condiciones de vida en la frontera son inferiores a la media nacional, excluyendo las ubicadas en la región Norte (Dajabón, Montecristi y Santiago Rodríguez), donde los indicadores son mejores por el comercio.
Considera que los niveles de desigualdad se han reproducido por la estructura institucional y la cultura política y por tanto la estructura de poder ha fallado porque no han podido mejorar la equidad y garantizar el acceso a oportunidades. Como una muestra de desigualdad regional indica que las provincias más pobres del suroeste son Monte Plata y El Seibo.
El IDH 2008 se divide en siete capítulos. “Las brechas en los niveles de pobreza no se han reducido en el tiempo”, indica el documento.
Los datos “Bomba”
EL IDH 2008 ofrece datos “bomba” en cuanto a envejecientes, determinando que una persona nacida en Monte Plata tiene cuatro veces más probabilidad de ser pobre a los 60 años; en cuanto al tema municipal dice que por cada RD$100 adicional transferido por el Gobierno a los ayuntamientos entre 1995 y 2006 se crearon dos nuevos municipios; mientras que en el tema educativo observa que en promedio se imparten dos horas y 36 minutos de clases en las escuelas públicas, un 65% de lo programado y que en la regional 15, correspondiente a Santo Domingo es donde menos clase se imparte: 2 horas y 22 minutos.
En cuanto salud, sólo el 44% de los Centros de Atención Primaria (CAP) existentes en 2004 contaba con personal sanitario. Respecto a la Tecnología de la Información observa que en el 2007 el acceso a la Internet costó entre el 43% y 57% del salario mínimo del país; y en materia de servicios urbanos, expone que sólo un 14% de la población de Higuey tiene agua potable en sus hogares, mientras en Santiago el 76% tiene, convirtiéndos
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