3 de febrero de 2008
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Santo Domingo.- Los 66 años de conquista del voto femenino no han sido suficientes para que las mujeres logren equilibrio en los puestos electivos. A partir del 1942 las mujeres han tenido una activa participación en las elecciones, pero el reclamo de mayores oportunidades han sido constante. La cuota del 33% de las candidaturas en el área congresual y municipal establecida en el 2000 ha sido uno de los logros. Las mujeres no sólo han constituido mayoría en el padrón electoral que la Junta Central Electoral (JCE) ha usado en las últimas elecciones, sino que en ocasiones han acudido a las urnas en mayor proporción que los hombres. Esa fue la experiencia al menos en los comicios de 2006, los últimos realizados del nivel congresual y municipal. Enma Valois, presidenta del Foro Nacional de Mujeres de Partidos Políticos, percibe que las mujeres no han sido valoradas en proporción al caudal de votos que han depositado en las urnas, lo cual define como una triste realidad. La historiadora Mu-Kien Adriana Sang Ben defiende la participación de la mujer en la política, pero no a cualquiera que aspire, porque en su opinión, ser mujer no es una condición determinante para ser postulada, sino que debe tener una serie de cualidades, entre ellas capacidad, liderazgo, sentido de la justicia y de la ética y un compromiso con el futuro. “Apoyo la mujer que se gana pulso a pulso sus posiciones por méritos propios, no por dádiva, herencia política o delegación del esposo o compañero”, enfatiza. Está consciente que para lograr espacio político las mujeres han tenido que luchar mucho, enfrentar obstáculos y demostrar que pueden hacerlo y bien hecho. Candidaturas El extinto dirigente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Jacinto Peynado, llevó como compañera de boleta a la empresaria Maribel Gassó en las elecciones de 1996, pero sin éxito. Lo mismo que en el 1966, el Partido Revolucionario Social Cristiano (PRSC) llevó como candidata a la vicepresidencia a Josefina Padilla. El Foro Nacional de Partidos Políticos, que agrupa a mujeres de los distintos partidos reconocidos por la JCE, reclamó en un comunicado emitido esta semana paridad a los candidatos presidenciales. Exigió que como candidatas a la vicepresidencia sean postuladas mujeres. “No podemos continuar con un discurso de los candidatos para la conquista del voto de la mujer, y con una práctica luego de alcanzar el poder, que rompe con las expectativas de las mujeres”, plantea Valois. La meta, subraya Valois, es impulsar desde el Foro que en la próxima reforma a la Constitución se consagre el principio de la paridad en el Poder Ejecutivo, el Congreso Nacional, la Judicatura y en los ayuntamientos. También aspiran a que los partidos coloquen en sus estatutos que cuando el candidato a la presidencia sea un hombre, una mujer sea la candidata a la vicepresidencia, y viceversa. Sang Ben está de acuerdo con la propuesta del Foro. Ella considera que las mujeres no deben, en ningún momento, dejar de plantear sus demandas. “Bajar la guardia es perder mucho del terreno que hemos ganado, pero, repito, apoyo las mujeres por sus propios méritos, no por solidaridad de género”, precisa. LAS ESTADÍSTICAS DE LAS ÚLTIMAS ELECCIONES Inscritos en el padrón había 5,369,064 votantes, siendo mayoría las mujeres que representaron el 50.3 por ciento (2,703,514), frente a un 49.7 por ciento de hombres (2,665,550). El padrón elaborado para las elecciones del 2004 tenía registrados 5,020,693 dominicanos, el 50.2 por ciento mujeres (2,521,594) y el 49.8 hombres (2,499,099). De acuerdo con los datos aportados por la JCE, en esas elecciones del nivel presidencial acudieron a votar 2,155,556 personas, pero los hombres superaron las mujeres en votación por 19 mil votos, con 1,087,426 votos, frente a 1,068,130 votos de las mujeres. Para el 16 de mayo del 2008 se perfila una votación masiva de las mujeres, pues de una lista de votantes compuesta por 5,748,104, el 50.37 por ciento corresponde al sexo femenino, mientras el 49.63 al masculino. El sufragio Sin embargo, la medida se consideró como un chantaje político destinado a afianzar las bases de la tiranía, que le permitió reelegirse el 16 de agosto de ese año. Le habían antecedido Canadá, EEUU, Brasil, Uruguay, Cuba y El Salvador. |
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