domingo, 13 de enero de 2008

Demandan erradicación, de las ONG “fantasmas”



Servio Tulio Castaños Guzmán
Servio Tulio Castaños Guzmán

13 de enro del 2008


La sociedad civil espera que todo el escándalo originado por la supuesta inclusión de organizaciones fantasmas en el Presupuesto de la Nación sirva para desterrar para siempre esa práctica ilegal, manifestó ayer el vicepresidente de la Fundación Institucionalidad y Justicia (Finjus).

Servio Tulio Castaños Guzmán dijo que si este escándalo se hubiese dado en otro país hubiera provocado una crisis nacional y, probablemente, los funcionarios implicados hubieran tenido que renunciar.

Lamentó que en el país no existan los mecanismos necesarios para hacer que faltas tan graves como las señaladas sean debidamente sancionadas.

FALTAN MECANISMOS

La Fundación Institucionalidad y Justicia aspira a que el escándalo ayude a desterrar la práctica.

Lamentó que no se sancione un hecho que hubiera generado una crisis nacional en otros países.

Castaños Guzmán dijo que ojalá las denuncias del presidente de la Cámara de Diputados, Julio César Valentín, y el diputado Radhamés Castro sobre las ONG apadrinada por senadores y funcionarios del gobierno, sirvan de detonante para que el Congreso Nacional entienda que la inclusión en el Presupuesto de entidades que no trabajan es una práctica, indebida e inmoral.

“Si hay algo que se ha venido rechazando desde la sociedad y que atenta contra las atribuciones del Congreso y que viola la Constitución, son las prácticas que se vienen dando, no solamente desde el barrilito, sino también a través de las ONG a lo interno del Congreso”, expresó Castaños Guzmán.

Explicó que las funciones del Congreso, además de hacer las leyes, son la de representación y servir de control del Estado, pero con acciones como las que motivaron el presente escándalo da la impresión de que es una institución totalmente descontrolada.

Subrayó que el Congreso no está para dar ayudas sociales, ni regalando medicina o dando servicios de ambulancia.

El vocero de Finjus consideró que el Congreso no está jugando su papel de contrapeso del Poder Ejecutivo. Y eso, recalcó, se evidenció con la aprobación apresurada del Presupuesto a pesar de que este contravenía leyes de orden público, a pesar de que su papel, como órgano de control, era impedir que se produjeran situaciones como esa.

En su opinión, la aprobación del Presupuesto sin haberlo estudiado se produjo “porque el Congreso Nacional está totalmente distraído en lo que son funciones que no le son propias como el barrilito y ha llevado a esa institución a incurrir en el clientelismo”.

Dijo que los congresistas que han defendido esta práctica, como Charlie Mariotti, están totalmente equivocados, porque la Constitución establece claramente cuáles son las funciones de los parlamentarios.

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