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Santo Domingo. El politólogo Belarminio Ramírez Morillo manifestó que existen políticos que han ascendido política y socialmente, y han hecho grandes fortunas económicas a través de la corrupción, y sin embargo, viven en permanente crítica a este virus que ha contaminado a la sociedad dominicana en todas sus dimensiones.
Planteó la necesidad de que el tema de la corrupción sea debatido y analizado con mayor seriedad y objetividad. Adujo que es necesario analizar las causas que han conducido a la proliferación de la corrupción, y se debe procurar un consenso de los sectores sanos y sensatos de la vida nacional, a fin de que se tomen correctivos serios para detener el flagelo.
Dijo que el proceso de modernización que se inició en la sociedad dominicana en los años 80 del siglo pasado, estimuló el florecimiento de la cultura de la corrupción en todos los estamentos de la vida nacional.
“Aquí hay corrupción de los pobres y de los ricos. Unos intercambian poder político por dinero, los otros dinero por poder político. Esta implica, en todos los casos, un intercambio de acción política por riqueza económica. Además, se ha convertido en un recurso para subsistir de un amplio porcentaje de la población, sobre todo servidores públicos que perciben salarios de miseria que nos les alcanza ni siquiera para adquirir la canasta familiar. Por tanto, mientras persistan esas condiciones, la corrupción continuará incrementándose.”
Expresó que en la República Dominicana se produce una alarma cada vez que se publica una encuesta cuyos resultados reflejan el incremento de la corrupción, pero en los hechos ninguna acción se toma para cambiar esta cultura. Adujo que la modernización engendra corrupción, debido a que implica un cambio en los valores básicos de la sociedad. La modernización produce una ruptura con el pasado, y con ella se abandonan las pautas fundamentales de la formación conductual de los individuos.
Expresó que “la conducta que para las pautas tradicionales era aceptable y legítima resulta inaceptable cuando se la examina con una óptica más moderna. Por eso, en una sociedad en vías de modernización, la corrupción más que de la desviación respecto de las normas aceptadas, proviene en gran parte del hecho de que estas se apartan de las pautas establecidas de conducta.”
“Aunque sea vergonzoso y doloroso debemos admitir que la cultura de la corrupción ha triunfado en la sociedad dominicana”. Sustentó el abogado y político. “Los funcionarios públicos en su inmensa mayoría, en todos los gobiernos sin distingo de símbolo y de color, se han apartado de las normas tradicionales establecidas para ponerse al servicio de intereses privados.” Subrayó el profesor universitario.
Dijo que en el caso dominicano, la corrupción es un producto directo del ascenso de grupos con nuevos recursos y esfuerzos para afirmarse en la esfera política. La corrupción ha sido el canal utilizado por una gran parte del liderazgo político dominicano para ascender a los status en que se encuentran. La verdad es que “la corrupción proporciona beneficios inmediatos, específicos y concretos a grupos que de otro modo se encontrarían marginados de la sociedad. De este modo la corrupción se ha convertido en una práctica funcional y normal para la marcha del sistema político.” Argumentó el escritor y político.
“En el caso dominicano, el auge de la corrupción tiene consonancia con el deterioro institucional de los partidos políticos. La debilidad de los partidos políticos se ha reflejado en una política de clientela, en la cual la corrupción ha sido un factor importante. Todas las organizaciones partidarias que han dirigido el país han recurrido a la práctica de intercambiar acción política por riqueza económica. La política ha sido el camino para ascender a la riqueza, a diferencia de los Estados Unidos donde la riqueza es el camino para ascender al poder político.” Adujo el otrora Director de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de la Tercera Edad.
“Una acción efectiva para combatir la corrupción tiene necesariamente que ser encaminada a lo interno de los partidos. La debilidad de la organización partidaria es ideal para la corrupción. La corrupción prospera en la desorganización, es más rampante cuando hay ausencia de relaciones estables entre los grupos y las faltas de pautas de autoridad reconocidas. En los sistemas políticos con partidos fuertes, institucionalizados y representativos de los ciudadanos, las oportunidades de corrupción son más reducidas.” Puntualizó el politólogo y abogado.
Manifestó que el auge de la corrupción ha sido tan alto en la sociedad dominicana, que ha hecho que una reducida clase política se apropie de las mayorías de las riquezas que hoy hacen falta para llevar el país a la modernidad y afrontar con eficiencia los servicios de salud, educación, justicia, medio ambiente y deuda pública.
Dijo que la corrupción seguirá ganando terreno, debido a que cada día se reducen las oportunidades de progreso fuera de la política, junto con la falta de instituciones fuertes y creíbles, situaciones que contribuyen a que las energías humanas sean analizadas hacia comportamientos políticos desviados.
Adujo que la corrupción es incompatible con el desarrollo político. Es la principal causa del atraso de la sociedad dominicana. Ha contribuido a que el proceso de modernización que se inició hace varias décadas esté inconcluso. Desgraciadamente, en la República Dominicana, la corrupción se ha institucionalizado.
Expresó que en la política es una industria para los dominicanos, es un estilo de vida, es la principal ruta hacia el poder y el mejor medio para obtener riquezas, debido a que se puede ganar más dinero en menos tiempo. El uso de la función pública para enriquecerse conduce a una subordinación de las instituciones y los valores políticos a los económicos. En resumidas cuentas, en República Dominicana, el principal objetivo de la función pública ha dejado de ser el logro de metas públicas, y es sustituido por la promoción de intereses individuales.
Dijo que en República Dominicana, solo en reducidas esferas de los partidos políticos y de la sociedad, existe interés de combatir la cultura de la corrupción. El abogado y político se expresó en estos términos al participar en el programa televisivo Sondeo, que se transmite por el canal 41 Televida, que producen Encarnación Pimentel y Danilo Clime.
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