POR DANILO CRUZ PICHARDO
Partiendo de la lectura de los resultados del pasado proceso eleccionario, se infiere que los venideros comicios serían disputados nuevamente por el PLD y el PRD. Además, por el momento no se vislumbra una fuerza alternativa, partiendo de las bajas votaciones obtenidas por Eduardo Estrella y Guillermo Moreno.
Todo apunta a que en el futuro el PRD sustituirá al PLD, pero desde ya el partido blanco debía de ir tomando los correctivos necesarios en aquellas aristas débiles. El PRD sacó un 40% y su dirección muestra satisfacción justificable, porque esa organización estaba destinada a alcanzar un porcentaje inferior, pero la adecuada selección del candidato vicepresidencial, la sumatoria de Juan Hubieres y su inmenso grupo de chóferes y el uso de los símbolos del partido, en las últimas semanas, determinaron cierto repunte.
El rol electoral pudo ser mejor y haber ganado las elecciones inclusive, pero la entidad no dio los pasos necesarios para la debida recomposición y recobrar el crédito público y la imagen de otros tiempos. La derrota, empero, sirve de lección e instrumento de lectura y guía.
En las pasadas elecciones el PRD no mostró la menor distancia ideológica del partido gobernante, a pesar de que los segmentos más conservadores, empezando por la cúpula de la Iglesia Católica y los reformistas de la sombra, hacen causa común con el PLD. Considero necesaria la definición ideológica del PRD y un pequeño giro hacia la izquierda, a tono con los vientos que soplan en el continente, aspecto difícil de asumir en el pasado certamen por el perfil del candidato.
El PRD tiene que hacer serias transformaciones internas en sectores como juventud y mujer. En los últimos tres eventos perdió ampliamente entre los jóvenes y las mujeres, donde está el grueso del electorado, y la dirección no ha tomado medidas.
Es necesario presentar candidatos frescos para las congresuales y municipales y para las presidenciales de 2012, por lo que valoro de positivas las aspiraciones del doctor Luis Abinader. El partido tiene que reconectarse con sectores de los que luce separado en los últimos tiempos, tales como frentes de masas, gremios y sindicatos.
Se impone la búsqueda e integración de figuras de prestigio, como José Joaquín Puello y César Mella. Se debería procurar el ingreso al PRD de los ex-candidatos Eduardo Estrella y Guillermo Moreno y considerar a Hubieres como candidato a senador por Monte Plata.
Los antiguos aspirantes presidenciales podrían constituir una comisión consultiva, y califican, en su mayoría, para los puestos de dirección del PRD. Creo que Enmanuel Esquea Guerrero podría desempeñar buen papel presidiendo la organización, por su prestigio y reciedumbre moral, y no pretendo discriminar o descalificar a otras figuras.
El PRD tiene tareas que debía tomar en cuenta de forma oportuna. Sobre todo tiene que cumplir con su rol de partido opositor y jamás actuar en función de lo que diga la cúpula de la Iglesia Católica, comentaristas interesados y un segmento del empresariado, porque nunca le apoyarían.
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