martes, 16 de junio de 2009

El ex presidente Hipólito Mejía debió esperar un poco

16 de junio de 2009

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Guarionex Rosa

ESTE NO ERA EL MEJOR MOMENTO PARA LANZAR SU CANDIDATURA PRESIDENCIAL EN EL PRD PORQUE MIGUEL VARGAS LE LLEVA LA DELANTERA
El anuncio de la candidatura del ex presidente Hipólito Mejía parece haber sido impulsado por sus cuadros políticos del PPH.

Santo Domingo.- Cuando hace días el ex presidente Hipólito Mejía reveló que “competiría con decencia y altura”, junto a Miguel Vargas Maldonado y otros dirigentes por la candidatura presidencial del PRD para las elecciones del 2012, muchos pudieron apreciar como extemporáneo su lanzamiento.

Quizás a ese razonamiento se atribuiría que el lanzamiento del ex presidente tuviera una escasa dimensión en los medios escritos de comunicación, que en cualquier circunstancia deberían considerarlo como un aspirante competente en la lidia que se producirá pronto en el PRD. El lanzamiento ocurrió en “El Gobierno de la Mañana”, de la Z-101, tenido como el programa radial más escuchado del país.

Los adversarios dentro y fuera del PRD habrían querido que Mejía se entretuviera recolectando los mangos en su “dacha” de San Cristóbal, pero su salida muy temprano pudo haber sido impulsada por sus cuadros políticos del antiguo PPH, quienes han visto que Vargas Maldonado, solo o de la mano del presidente Fernández, ha conquistado los primeros planos.

El momento para que el ex presidente anunciara su aspiración no fue el mejor porque el PRD pospuso la convención en que debió escogerse el nuevo presidente del partido, casi seguramente el ingeniero Vargas Maldonado y la Comisión Política lo consagró en el puesto a partir del 19 de julio.

A Vargas Maldonado lo favorecían sus encuestas, las de los otros aspirantes a la presidencia del PRD o de la RD en las elecciones del 2012, por lo que la comisión organizadora de la Convención se vio precisada a adoptar la decisión que tomó la Comisión Política y darle ganancia de causa al político.

Después de esa decisión surgieron disparidades puesto que se postergó la elección del secretario general, del secretario de organización y de otros dirigentes que ya estaban en campaña para conseguir sus puestos y que habían pasado el “cepillo” entre los apostadores y contribuyentes.

Algunos observadores que han seguido siempre con interés lo que pasa en el seno del PRD se alarmaron de la ocurrencia, aunque, según todas las encuestas, el ingeniero Vargas Maldonado estaba adelante por alrededor de un 90% de las preferencias de los partidarios, lo que le daba una ventaja insuperable.

Esos observadores, que vieron en el evento de la selección “por vía rápida” del político, una señal de falta de institucionalidad y otras venialidades, pasaron por alto graves desavenencias ocurridas en el pasado, la peor de las cuales fue el llamado “concordazo”, bautizado así porque ocurrió en el antiguo hotel Dominican Concord.

La revista Ahora escribió sobre el “concordazo”: “la imagen más tradicional de lo que han sido las convenciones del PRD, es la especie de conflagración bélica que se libró en el hotel Dominican Concord en 1985, cuando los grupos de Majluta y Peña Gómez se enfrentaron a tiros como consecuencia del accidentado proceso electoral”.

Sin ser cínicos, se podría decir entonces que el PRD ha mejorado mucho; que ahora no se emplean los métodos de violencia para imponer una candidatura, sobre todo porque la misma (la de Vargas Maldonado), ha tenido la suerte de contar con un reconocimiento partidario tan grande.

Mejía quiere vigencia
No se pudiera entender que el ex presidente Mejía quisiera perder su protagonismo, cuando probablemente en su interior y en la creencia de sus asesores, él podría ser la tabla de salvación del PRD en el 2012, para evitar una perpetuación en el poder del PLD, con todas sus consecuencias.

En realidad Mejía está bastante atrás, como diría el vulgo, puesto que para el presidente Fernández políticamente no existe. El doctor Fernández se ha negado a responder las cartas que le dirige o las alusiones que hace el político perredeísta, lo que lo ha colocado en un ostracismo para los fines de las consideraciones de alta política.

Mejía, a quien le corresponderían ciertas distinciones por su condición de ex presidente, ni siquiera está en la lista del protocolo de Palacio para nada, lo que ha hecho que también sea sacado de las listas de embajadas y organismos internacionales, que no desean roces innecesarios con el régimen en plaza.

Si Mejía se quedara en su “dacha” de San Cristóbal, o mejor por la época, en su mansión de Jarabacoa, protegido de la canícula, sus partidarios lo verían perdido de antemano, tanto en su influencia como en su cuota de poder partidario. Tal cosa sería mortal para cualquier aspiración eventual.

El dueño del PRD
Cuando en sus declaraciones del pasado miércoles anunciando que competiría por la candidatura presidencial, dijo en referencia a Vargas Maldonado, “que nadie es dueño del PRD”, le estaba indirectamente dando carácter a la creciente impresión de que la avalancha de apoyo que llevó al otrora subalterno, podría repetirse en la elección convencional, consagrándolo como el nuevo líder del PRD.

Quizás no fue una buena salida que Mejía anunciara al mismo tiempo su apoyo a Alfredo Pacheco, para la sindicatura del Distrito Nacional y al economista Jaime Aristy Escuder, para la senaduría de Santo Domingo en las elecciones del 2010, sobre todo porque el último, de reciente ingreso en el PRD, vendría a competir con dirigentes de trayectoria y convicción que aspiran al puesto.

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