Mí querido perro realengo:
No creas en cuentos de caminos.
Ya basta de mentiras y de engaños.
Cuando te llamen desde aquella franja del bosque, no corras moviendo con alegría tu cola destemplada y sucia creyendo que te esperan el porvenir y la fortuna. No mi querido viralata. No seas ingenuo, no te sigas dejando engañar con tanta facilidad.
Cuando te inviten a una fiesta que no sea tu fiesta, ten cuidado, buen perro pulgoso, que algo te quieren quitar, que en algo te quieren engañar, que puede ser una trampa para matarte. Si te dan una mano, con la otra te dan un golpe. Es la historia de la barbarie con la que siempre te han tratado. A golpes.
Ten cuidado cuando te llamen al diálogo. Un perro realengo o viralata nada tiene que hablar con un perro o un grupo de perros con poder. Te puede destrozar de una sola mordida.
No olvides tus raíces, ni tu situación actual. No eres más que un perro realengo, sin estirpe, sin abolengo; que te arrastras por doquier en busca de un hueso secado por el sol o roído por el tiempo y las ratas que llegan primero al hormiguero de la miseria.
No olvides que eres un viralata pateado y rechazado sólo por no tener un buen pedigree, es decir, un árbol genealógico de eminente prosapia que te distinga y te aparte de la jauría sin clase, que no eres más que un perro de la calle, que no merece más que la muerte trágica, aplastado por una camión, o el envenenamiento autorizado por las autoridades de Salud Pública para evitar el contagio masivo de los perros de raza.
¿Por qué no naciste en el extranjero? ¿Por qué no traes contigo una historia de abolengo procedente de Europa o Asia? ¿Por qué tu raza no ha sido utilizada para protagonizar las películas más famosas del cine norteamericano?
Eres un perro realengo, sin raza, sin nombre. Y lo que es peor, sin dueño.
¿Sabes? Los perros de raza son como las mujeres hermosas: Siempre tienen dueño. Y si por alguna razón se pierden, alguien sale a buscarlos y hasta ofrecen recompensa a quien los encuentre.
Bienaventurados son, pues los perros Pastores Alemanes, Rottweiler, Bulldog, Collie, Chihuahua, Chow Chow, Pitbulls, Dálmata, Pequinés, Boxer, Doberman, Gran Danes, Galgo Español, Yorkshire Terrier, San Bernardo y el Goleen Retriever, entre tantos otros de orgullo y tradición.
Así como se dividen los perros, en razas, también se dividen los seres humanos, en clases sociales. Algunos humanos tienen, como los perros, pedigree, o sea, provienen de familias ricas, lo cual les permite alimentarse bien, vestir bien, vivir en mansiones donde todo les sobra, en contraste con los humanos que no tienen pedigree, o sea, pobres que nada tienen, que no puede alimentarse bien, ni vestir bien, que no pueden residir en mansiones, y terminan debajo de los puentes y en las orillas de los ríos, sin escuelas donde educarse, ni hospitales donde curar sus enfermedades.
Los perros realengos viven en las calles buscando que comer. Viran latas tratando de encontrar migajas para sobrevivir. Su muerte temprana está asegurada. Nadie los llevará con urgencia donde el veterinario, nadie les pondrá una vacuna, nadie les dará algo. Cuando mueren, terminan donde nacieron: en las calles.
El poeta más importante de este país, Manuel del Cabral se preguntaba en el poema “Cola” que aparece en el libro “Trópico Negro”, “¿Quién enseñó a esta América a cuidar más a las bestias que a los hombres?”
Mi querido perro realengo, ni siquiera eres aquel “callejero” de Alberto Cortez “con derecho propio”, que tenía como “filosofía de la libertad, ganar la suya sin pisotear la de los demás”, que “aunque fue de todos nunca tuvo dueño”, no, mi querido amigo, tú no tienes tanta suerte.
No creas que porque te han invitado a una fiesta eres importante. Cometerás un error. Eres un viralata muerto de hambre, aunque te vistas de seda.
Si te llaman es porque te necesitan para que ayudes en una causa que no es tu causa. Si te invitan a su fiesta es para quitarte algo, no para darte.
Si decides ir a la fiesta del diálogo, no vayas solo, ni desarmado. Recuerda que tú no sabes conceptualizar.
Pídele a Franklin Almeyda que te acompañe.
Atentamente,
Tu amigo, El Conceptualizador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario