POR JUAN TAVERAS HERNANDEZ
De acuerdo con el presidente Leonel Fernández, República Dominicana es un país sin mayores dificultades, con una economía blindada que no será afectada por la gravísima crisis económica que sacude a Estados Unidos y que parece se extiende hacía las demás naciones desarrolladas.
Tanto es así, que el mandatario anunció el pasado 16 de agosto la construcción de obras monumentales en Santo Domingo y en Santiago que muchos expertos dicen que requieren de muchos recursos económicos, y 20 años para terminarlas, si es que no se detienen los trabajos un solo día.
Hace unos días, en Nueva York, en presidente anunció la construcción de la nueva línea del Metro de Santo Domingo y de un tren combinado desde Haina hasta Santiago, para lo cual se requerirán de miles de millones de dólares.
La economía dominicana, de acuerdo con las autoridades, crecerá más este año que casi todas las del resto del mundo. Tan blindada está que se acaba de aprobar un préstamo de casi cien millones de dólares para comprar aviones en Brasil.
Para que no quepa duda de la fortaleza de nuestras finanzas, el ministro de Hacienda les dice a los empresarios que solicitaron un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que le pidan eso mismo a Estados Unidos, que tiene una deuda pública de 8.4 trillones de dólares y un déficit fiscal que será el doble al del año pasado y que el déficit de la cuenta corriente de ese país será de unos 700 millones de dólares. De acuerdo con la lógica del ministro de Hacienda, República Dominicana no está en crisis, en crisis está Estados Unidos. Ese país necesita FMI, nosotros no.
Tanto dinero tiene el gobierno, que durante los últimos tres meses de la campaña electoral gastó más de 20 mil millones de pesos en la compra de la reelección, sin que se produjera un colapso financiero. Para cumplir compromisos con los tránsfugas de la “oposición”, los está nombrando como secretarios y subsecretarios de Estado, con cartera y sin cartera, embajadores, cónsules, vicecónsules, embajadores con salarios de lujo.
Dinero tenemos de sobra. El ex director del Banco Nacional de la Vivienda, Leonardo Matos Berrido se aumentó el sueldo en más de 200 mil pesos, luego se aprobó él mismo una pensión mensual, con carácter hereditario, de un millón de pesos, para emular a otros funcionarios que reciben más del millón de pesos, sin contar las escoltas, los vehículos, las tarjetas de crédito, celulares y el tráfico de influencias para obtener prebendas como contratas grado a grado y otras cosas menos para los hijos, queridas y demás relacionados.
Tanto, pero tanto dinero tiene el Estado en las bóvedas del Banco Central, que el aumento de la nómina pública, del 16 de agosto a la fecha, supera los 350 millones de pesos al año. Esa nómina que en el gobierno de Hipólito Mejía no llegaba a los mil millones de pesos, y que el PLD tanto criticó, hoy supera, por mucho, los cuatro mil millones mensuales.
En sueldos y subsidios el gobierno gasta unos cien mil millones de pesos al año. No calculo, por supuesto, el dinero de la corrupción, que una entidad dedicada a esos fines ha calculado en otros cien mil millones de pesos al año. Significa pues, que en sueldos, subsidios y corrupción se van todos los años alrededor de 200 mil millones de pesos mal contados. En cuatro años el presidente Fernández ha tomado cerca de 7 mil millones de dólares prestados que nadie sabe, en realidad, donde han ido a parar, porque sepamos, no ha resuelto uno solo de los problemas acuciantes de la nación. Parece que una buena parte se los ha llevado la corrupción.
Eso podría explicar la falta de escuelas, de hospitales, de carreteras; la marginalidad y la pobreza que al desnudo se nos presentan cada vez que hay una tormenta. Eso podría explicar la paralización del aparato productivo, la quiebra del sector agropecuario, el aumento del desempleo, el incremento del costo de la vida y la falta de viviendas adecuadas. Los bajos salarios de médicos y maestros, los precios de los combustibles, la delincuencia, el narcotráfico.
Tan ricos somos que el 30% del dinero del país proviene, según los expertos, del narcotráfico y el lavado de activos. El presidente y su comitiva viajan con lujo, igual que los presidentes de naciones desarrolladas.
Sin embargo el Presidente parece un mendigo internacional. Se comporta como rico, pero pide como pobre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario