viernes, 11 de julio de 2008

Gobierno está obligado impulsar nueva reforma fiscal


12 de julio de 2008

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José del Castillo Saviñón
José del Castillo Saviñón.
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Del Castillo Saviñón en la redacción de DH.
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José del Castillo Saviñón participó en el Desayuno Semanal de DominicanosHoy.com (Fotos Feligno Peguero)




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El economista José del Castillo Saviñón manifestó este viernes que el presidente de la República, doctor Leonel Fernández Reyna, se engaña a sí mismo, cuando asegura que no ha contemplado someter al Congreso Nacional nuevas reformas fiscales, tras señalar la misma es inevitable.

Del Castillo Saviñon prevé que la República Dominicana tendrá que lidiar varios con la actual crisis. Entiende que una reforma fiscal es inevitable, porque históricamente las medidas de austeridad que se anuncian no se cumplen.

Resaltó la necesidad de una disminución en la inversión pública y social, lo que traerá descontento en la población, porque los dominicanos tienen necesidades que ameritan ser satisfechas.

El economista dijo que el gobierno no tiene ningún renglón donde pueda aplicar recortes, ya que es imposible reducir el gasto en los sectores educación y salud, mucho menos recortar el programa “Comer es Primero o la Tarjeta de Solidaridad’.

Del Castillo Saviñón sostuvo que dentro de las medidas a tomar, lo más significativo sería disminuir la nómina pública de 360,000 a 260,000, pero a seguidas advirtió podría degenerar en una explosión social.

“Entonces definitivamente lo más probable es que el gobierno tenga que afrontar una reforma fiscal”, señaló Del Castillo Saviñón, quien participó en el Desayuno Semanal de Multimedios DominicanosHoy.Com.

Insistió que el gobierno al plantear que no promoverá una nueva reforma fiscal se está engañando a sí mismo, porque tal vez no la proponga en este momento, pero podría ser entre los meses de septiembre y enero.

El economista recordó el hecho de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Centro de Estudios Económicos para América Latina (CEPAL), han planteado la necesidad de una nueva reforma fiscal.

Estuvo de acuerdo con los sectores que entienden que el gobierno debe firmar con el FMI, porque sirve como medida de vigilancia y presiona para ayudar a cumplir los objetivos cuantitativos.

Abogó porque las medidas de contracción de los gastos sean efectivas, las que adelantó son indeseables como una nueva reforma, por sus efectos sociales inmediatos.

Del Castillo Saviñón explicó que si las autoridades hubiesen renovado en enero pasado el acuerdo con el FMI, no se evitaba la crisis, pero sí la magnitud de las dificultades que se observan en la actualidad.

“El gobierno rehusó renovar con el FMI, para no acudir a las elecciones atado de manos, ya que el Fondo no permitiría que aplicara los subsidios que implementó para favorecer la candidatura de la reelección”, afirmó.

Por otra parte, Del Castillo Saviñón dijo que los subsidios están presionando de manera significativa el déficit del gobierno. Sostuvo que los subsidios son mecanismos ineficientes que generan grandes fuentes de corrupción.

Asimismo, el economista entiende que los subsidios deben ser focalizados, porque se ha demostrado que de esa forma las ayudas llegan a la población de escasos recursos. Indicó que los subsidios generalizados no tienen el efecto que deberían tener en la población.

Describió como grave el subsidio a la tarifa eléctrica, ya que es insostenible dedicar cerca de US$1,000 millones al año, y tomando en cuenta que seguirá aumentando en la forma que se incremente el precio del petróleo.

Dijo que en el sector eléctrico no se vislumbra una salida a corto plazo, porque hasta el momento lo planteado es la producción de energías alternativas, y los proyectos no terminan de arrancar.

En el caso del Gas Licuado de Petróleo (GLP), el economista entiende debe focalizarse sólo para las amas de casa, y podría ser mediante la Tarjeta de Solidaridad.

Para Del Castillo Saviñon el problema de la producción de energía eléctrica es uno de los elementos que más ha afectado la competitividad dominicana y el crecimiento de la capacidad comercial, exportadora e industrial del país.

Dijo que no observa una solución a corto plazo, y a mediado se pudiera desarrollar el uso de biodiesel y etanol, con cuyo propósito existen varios proyectos que no acaban de materializarse. También se han aprobado proyectos de producción de energía eolítica.

Insistió en que tampoco se ha impulsado la instalación de plantas a carbón, con el que se pudiera abaratar los costos de producción.

Explicó que los altos costos de producción han motivado que muchas industrias, principalmente de zonas francas, emigren a otros países donde los precios son más competitivos, como por ejemplo Guatemala y Haití.

Sobre el aumento de US$0.02 a US$0.04 a los fletes aéreos, sostuvo que no sólo afecta los exportadores agropecuarios del país, sino que es una medida general en perjuicio de los productores de Centroamérica y otros países.

Explicó que se han discutido una serie de medidas que el gobierno está previendo asumir, pero que constituyen una especie de subsidio adicional, entre las que está la contratación de aeronaves para dar servicio de exportación.

Dijo que otra de las desventajas que tiene el productor criollo es el aumento de los precios de los insumos, servicios y otros, ligados a los financiamientos y la materia prima.

Sobre la deuda externa del país, Saviñón expresó que esta ubicada en unos US$7,000 millones, y se está pagando a través de los impuestos a los combustibles, con relación a los cuales se ha planteado una reducción.

El economista declaró que el gobierno se beneficia grandemente con los aumentos del petróleo, porque aplica un impuesto de 15% sobre su precio, lo que se impone al margen de los valores que están estipulados en la Ley 112-00, que es la tributaria de los combustibles.

Con respecto a un posible aumento de salario, opinó que esto sería como una espada de doble filo, porque al tiempo que lleva un alivio a la población, aumenta los niveles de liquidez y demanda, lo que a su vez genera inflación.

Consideró que en los momentos actuales un aumento de salarios lo que haría es provocar un daño mayor al de los beneficios que se van a recibir.

Además, las empresas que están siendo afectadas por los aumentos de sus costos van a tener otro elemento adicional, lo que entonces genera mayores niveles de desempleos, porque no pueden asumir nuevos aumentos de los costos de producción.

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