domingo, 27 de julio de 2008

El PRD y el baloncesto


27 de julio de 2008

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POR JUAN TAVERAS HERNÁNDEZ
El baloncesto es uno de los deportes más democráticos, porque los equipos tienen los mismos derechos. Los quintetos salen al tabloncillo. Hay tres árbitros imparciales. Todos van al centro de la cancha. Los hombres más altos saltan en igualdad de condiciones. Así comienza el partido.

El PRD es un partido que se gardea solo, es decir, que se defiende de él mismo, lo que le impide anotar los puntos y ganar juegos importantes.

En baloncesto no basta encestar, hay que defender para evitar que el contrario lo haga cuanto le toque su oportunidad de atacar el aro.

El equipo que mete la bola, pero no defiende, difícilmente gane. El equipo que defiende, pero no encesta, no gana. Se trata de combinar el ataque con la defensa.

Es por eso que los equipos necesitan de un entrenador que sepa mezclar, que conozca el juego y a los jugadores, a los suyos y a los contrarios. Antes de cada juego diseña una estrategia que va acompañada de la táctica. Cuando un equipo juega en su casa tiene una ventaja relativa que la da el público.

Los dirigentes del PRD harían bien en estudiar las reglas del Baloncesto. Guido Gómez Mazara, aspirante a la secretaría general, jugó en sus años mozos ese deporte. Todavía, pese a sus 40 y tantos años y su elevado peso, juega bien. Podría darles lecciones a los miembros del Comité Político en el Palacio de los Deportes. Lo necesitan con urgencia.

El PRD está jugando en un terreno que no es el suyo, es del contrario, que se mantendrá en ese lado de la cancha cuatro años más porque fue declarado ganador de los comicios de mayo. Cuando el árbitro gritó: ¡Salto al centro!, la bola quedó en manos del PLD, equipo al que le gusta jugar con ventaja tratando de comprar o chantajear a los árbitros, hace trampas con los jugadores, y lleva público a la cancha para presionar a los contrarios.

El juego del PLD es bestial. No tiene consideración. En la cancha el PLD no tiene amigos, tiene rivales. Su misión es ganar, siempre ganar, por las buenas o por las malas, jugando limpio o sucio. Lo que importa es el resultado. Perder por un punto o por 10, es lo mismo. Una derrota. Lo que tiene valor es la victoria. El que gana es el que goza.

El PRD es el equipo de más trayectoria, el que tiene más banderines colgados en su museo, el que ha tenido los entrenadores más preparados y de mayor liderazgo, como Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez. Sin embargo ha perdido la mística. El equipo PRD es malo, no defiende, no tiene táctica ni estrategia. Van al juego y se conforman con la derrota. Se alegran de haber perdido por pocos puntos como si eso fuera importante. A muchos jugadores del PRD les falta manejo del balón, velocidad y destreza. Su tiro, de media y larga distancia es malo. Fallan muchos tiros libres. Les falta práctica. Su defensa es mediocre. No saben jugar sin el balón. Corren como niños en la cancha, asustados de un lado a otro. Se cansan fácilmente. Cometen muchas faltas personales y tienen que salir del juego. Tienen que ir al gimnasio de la política para trabajar sus músculos.

El PRD no tiene claras sus metas. Se presiona a sí mismo, se asusta, se deja intimidar de los medios de comunicación, de curas y empresarios. Siempre está a la defensiva con más miedo que vergüenza. No empuja al contrario por temor. Su juego es muy limpio. Y en este deporte que es la política el juego impecable no deja buenos resultados.

Hay muchos jugadores del PRD que desean un cambio de equipo. Cansados de perder quieren jugar en el equipo contrario donde les pagan más y mejor, donde pueden ganar más de un campeonato. Los contratos son jugosos. En el PLD un jugador puede ganar más que Alex Rodríguez en béisbol. Las ofertas del equipo PLD-Gobierno son siempre tentadoras.

Cuando estalló la crisis del 2003 el PLD respaldó a los banqueros, se colocó de espaldas al país, apostó al fracaso del gobierno del PRD, acusó al presidente Hipólito Mejía de ser responsable de la quiebra. No pensó en el país, pensó en el retorno al poder del presidente Fernández. Ese equipo jugó duró y sucio. No dialogó ni hizo propuestas. Nada le reconoció al gobierno del PRD. Su oposición fue dura y radical. Las huelgas de médicos, chóferes, profesores y otros sectores, lo confirman. El PLD juega a vencer.

Pero el PRD desde la oposición no quiere jugar así. El basketball es un juego de mucho contacto, muy físico. El que no tenga actitud, el que no esté dispuesto a coger golpes que juegue otro deporte, golf por ejemplo.

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